sábado, 11 de diciembre de 2010

Mi familia americana

Busco y rebusco entre foto y foto cualquier ínfimo detalle. No quiero perderme nada de lo que fueron, hicieron o dijeron mis antepasados. Mi tía Maria, mientras, se esfuerza e insiste en lo importante que es saber de dónde venimos.

- Y ésta es la tita Carmen, la primera de la familia que vino a América... - y pasando las páginas con mucho cuidado de no romper ningún recuerdo, como si de láminas de Da Vinci se tratasen. Para nosotras era aún mas.

Es curioso cómo puede cambiar el curso de la vida de muchas personas por una decisión que alguien tome en un momento determinado. Es curioso que mi primo no sepa mi mismo idioma, que mi tía tenga una casa en New Jersey, a miles de kilómetros de la familia, porque una mujer decidiera viajar a América para hacer compañía a su hermana hace 70 años. Es curioso porque somos tan diferentes y a la vez compartimos un pasado, una historia con tantas cosas que contar... Y entre cuento y cuento miro el inmenso árbol de Navidad, su moqueta extendida por toda la casa, la pizza en el micro y el fútbol americano en la televisión. Aunque Maria me confiesa que continua cocinando huevos fritos con patatas como hacía su madre... Y su carácter cariñoso y cercano, afable, dulce y alegre pasea por su casa portando el espíritu de quien la trajo a este mundo. Con orgullo y admiración. María. No podía llamarse de otra forma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario